Tras más de un año conviviendo con la pandemia, el mundo al que estábamos acostumbrados parece formar parte de un recuerdo muy lejano. Más allá del impacto en la economía global y las nuevas relaciones en el mercado, el nuevo coronavirus hizo que la sociedad viera muchas cosas a través de un nuevo prisma, cambiando las interacciones, percepciones y motivaciones para el futuro.
Aunque la inmediatez continúa, hay una gran tendencia a la humanización y a la búsqueda de propósitos. La gente quiere, más que nunca, sentirse identificada y perteneciente, construyendo asociaciones duraderas basadas en la confianza.
En este nuevo ecosistema, los sectores, marcas y empresas que no estén alineados con las nuevas tendencias globales perderán espacio. Es necesario estar en consonancia con las nuevas prácticas que sitúan al usuario como parte principal de todas las acciones, exigiendo respeto y reconocimiento.
El vínculo entre las marcas y los consumidores se vuelve aún más importante, y esto queda aún más claro cuando hablamos de marketing, es decir, las empresas necesitan reinventarse y seguir esta ola. Cambiar rápida y constantemente, rompiendo paradigmas y respondiendo a los deseos del público objetivo.
Los consumidores en el centro de todo
El primer paso en este cambio es escuchar a los consumidores. Entender lo que buscan, desmitificar las ideas preconcebidas y encontrar nuevas formas de retratarlos e impactarlos en todos los puntos de conexión del viaje de compra. Los mensajes, de punta a punta, tienen que estar interconectados, emanando una sola voz que traduzca todo lo que el público espera.
Invertir en la estrategia Customer Centric ayuda a centralizar toda la planificación estratégica en la experiencia del cliente, aumentar la tasa de fidelización y, por tanto, conseguir mejores resultados.
La relación con las personas también debe ser más humana. Aunque estamos en la vorágine de la transformación digital, el avance de la tecnología ha hecho que muchas personas den un paso atrás en busca de conexiones más cálidas. No es de extrañar que las marcas con personas de marca destaquen en el mercado. Esto es lo que llamamos humanización: los consumidores se identifican con los personajes y no se sienten atendidos por una máquina ajena a las emociones.
Este es sólo un ejemplo de las muchas maneras de humanizar las relaciones, construyendo puentes de inclusión y un lugar para conversar. Según el informe de Deloitte, 2021 Global Marketing Trends: Find your focus, cubrir este aspecto será crucial para construir marcas bien posicionadas y queridas, y no sólo empresas adaptadas al entorno digital.
Compartir el propósito
Tras los periodos de crisis, los consumidores prestan cada vez más atención a la procedencia, la autenticidad y el significado de cada producto o servicio. Los clientes quieren saber cada vez más sobre los procesos de fabricación de los artículos, las materias primas utilizadas, la mano de obra empleada y si la empresa se preocupa realmente por cuestiones clave como la sostenibilidad, la valoración cultural y la diversidad. En otras palabras, la conciencia centrada en el propósito llega mucho antes de la compra en sí.
Muchas marcas se han centrado en identificar y cultivar su propio propósito durante años. Sin embargo, en un mundo post-pandémico, deben ser cada vez más claros para el público. También es necesario que se alineen con los nuevos deseos sociales y se empleen en la práctica, en cada acción de la empresa. Más que decir que tiene un propósito, la organización debe hacerlo transparente en cada campaña o iniciativa.
Agilidad y reconocimiento
La agilidad también será crucial en este nuevo momento global, y se hace aún más fundamental desarrollar e implementar acciones de marketing inteligentes y eficientes. Las marcas que sean ágiles ganarán la preferencia.
Según Deloitte, el 58% de los consumidores fueron capaces de nombrar una marca que fue capaz de cambiar rápidamente su oferta para reaccionar mejor a la “nueva normalidad”. De ese grupo, el 82% dijo que estas nuevas ofertas eran relevantes y aumentaban su deseo de hacer más negocios con estas marcas.
La agilidad también será clave para realizar un cambio interno. Para satisfacer las demandas del mercado, se necesita un equipo fuerte que esté alineado, comprometido y apasionado por lo que hace. Valorar a los profesionales es esencial para liberar el potencial de creatividad e innovación en las empresas.
La creación de un equipo motivado y diverso, basado en comportamientos, atributos y mentalidades, enriquece a la empresa y crea una base sólida para el alto rendimiento. Y si todo está en orden en casa, es más fácil transmitir al público final sus propósitos, creando la relación de confianza y lealtad necesaria para avanzar.
Existe la oportunidad de ampliar el abanico de la adaptabilidad, ya que hay numerosas posibilidades para que cualquier organización se inserte de forma sólida, humana y ágil en la tan esperada “nueva normalidad“. El mundo ha cambiado, y ya es hora de que el marketing también lo haga.