¿Sabes que tiene un matrimonio y una compra en común? Ambas esperan que la relación sea para siempre. Si tus clientes regresan a ti una y otra vez, algo estás haciendo bien ¡Felicidades! Pero si este no es tu caso, no te preocupes, todo se puede mejorar.
A pesar de que cada vez es más común hablar sobre la experiencia de usuario, muchas empresas no terminan de adaptarse a dicho concepto, descuidando el embudo de ventas, lo cual se refleja en los ingresos del negocio.
Actualmente, la experiencia de usuario está muy ligada al viaje de compras, los cuales de manera simplificada se pueden resumir en la captación, conversión y fidelización. Todas las etapas son importantes y es necesario desarrollar estrategias asertivas para complacer al consumidor en todos los canales: físicos y digitales.
El marketing está en constante cambio, principalmente para adaptarse a las nuevas necesidades del consumidor. Y como estamos en un panorama cada vez más digital, el camino más inteligente para el éxito está en la correcta integración de la tecnología y las relaciones humanas.
Si algo he aprendido en mi camino por el marketing digital es que no puedes venderle a alguien que no conoces, por eso antes de lanzar los anuncios debes asegurarte de tener bien construido tu Buyer Persona, ¿Cuáles son sus dolores? ¿Cómo es su comportamiento en redes sociales?
Incluso, para dar con insights más certeros es necesario la inclusión del análisis de los datos. Sin números es muy difícil generar estrategias asertivas y quienes tomen la iniciativa de crear una cultura data-driven tienen mayores posibilidades de volverse los favoritos de sus consumidores.
Según Think With Google también existen varios factores que influyen en la decisión de compra, como una compra simplificada, el sentimiento de escasez, la autoridad, los testimonios y los elementos gratuitos. Todo esto forman características que puedes agregar en tu Landing Page o e-commerce para acelerar la tan deseada conversión.
Como explicamos anteriormente: todas las fases son importantes, desde la atracción hasta la fidelización. La forma más acertada de hacerlo es brindando la mejor experiencia de usuario. Y aquí entra una práctica muy importante: la medición de satisfacción del cliente. Saber en qué puntos está fallando tu proceso te permite la mejora y la optimización de la experiencia.
Para ello existen buzones de feedback, o más específicamente, las encuestas NPS (Net Promoter Score) que funcionan para conocer con profundidad la opinión de tus clientes sobre tu producto o servicio.
El objetivo de la fidelización es convertir naturalmente a los compradores en promotores de la marca. Es crear un escenario donde el cliente esté motivado a hablar y recomendar dicho producto con su círculo de amigos. Lograr el boca a boca es una tarea por la que todas las empresas deberían apostar.
Recuerda que el hecho de haber cambiado a planos netamente digitales, eso no quiere decir falta de humanidad. La tecnología llegó para simplificar uno de los procesos más humanos: la compra y venta. Es decir, vendemos a través de máquinas, pero el consumidor final siempre es un ser humano con dolencias, preocupaciones y añoranzas, por esa razón todos los esfuerzos deben girar en torno a la empatía, especialmente, a sobrepasar las expectativas del cliente.